Emociones, Mujer

¿Vivir sin miedo y sin arrepentimientos? ¿Eso cómo se come?

Suena tan simple cuando alguien te dice «Dale, sin miedo, que pase lo que tenga que pasar», ¿cierto? Suena tan simple que hasta te motiva a aventurarte, a decidirte, sin embargo, el miedo no hace más que crecer en tu interior, a pesar de la sonrisa que le pones al mundo fingiendo que estás decidida a ser valiente. Entonces, ¿cómo es que hay personas que viven en esos extremos, sin miedo ni arrepentimientos?

Pues, a menos que se trate de una patología psicológica en la que exista la ausencia de temor, en realidad, todos tenemos miedos, todos nos arrepentimos de algo, aunque lo neguemos. Las personas que vemos como ejemplos a seguir, porque han logrado llegar lejos, porque han abrazado su libertad y son almas decididas a ser felices sin depender de otros, también atravesaron temores, algunos que seguro ya superaron, otros que aún viven con ellos.

¿Es posible vivir sin miedo?

Vivir sin miedo es un mito, aún después de quince años saliendo a escenarios, la última vez que me levanté frente a un público me seguían temblando las piernas. No se hace más fácil cada vez, solo aprendes a entender tu mente y tu cuerpo, aprendes cómo reaccionan, qué los afecta más, qué nivel de estrés eres capaz de tolerar antes de que el miedo pueda afectarte, y cada vez te conoces mejor. Así como comúnmente decimos que nunca terminamos de conocer a las personas, tampoco nunca terminamos de conocernos a nosotros mismos.

No todos tenemos las mismas experiencias, no todos manejamos con la misma confianza una situación, los años, las personas, los lugares, todo incide y nos moldea. Eso nos diferencia. Vivir sin miedo podría ser una escala de vida en la que nos podamos medir, el que menos miedo tiene bajo una circunstancia, lo más probable es que tiene mucha experiencia en ella, la ha atravesado tanto que conoce la probabilidad de resultados, las herramientas que necesita para superarla y las mejores estrategias para salir victorioso. Pero esa misma persona podría temer mucho ante una circunstancia diferente.

¿Somos seres que viven con miedo entonces? Sí, somos seres miedosos, vivimos con miedo y eso nos maneja, nos lleva a una dirección u otra, el temor a las consecuencias, al dolor, a la pérdida, al fracaso, nos guía, nos hace decir sí o no, nos hace ser desconfiados o muy confiados, nos hace ser personas. Entonces, ¿tal cosa de vivir sin miedos ni arrepentimientos es solo un decir? No es solo un decir, es una meta que todos tenemos como personas. Una meta que nadie se propone, que viene con la misma vida de manera implícita. Vivir sin miedo ni arrepentimientos es un estado al que podemos llegar, no literalmente, pero sí acercarnos.

¿Por qué experimentamos arrepentimiento o remordimiento?

¿Y qué hay de “sin arrepentimientos”? Es cierto, todos en algún momento queremos ir atrás, dar Ctrl Z a un teclado imaginario, con el que escribimos la vida, hasta restaurarla como antes de que nos equivocáramos y dañáramos lo bien que iba. Todo sería más fácil, ¿no? Todo sería más simple, no habría dolor, no habría los famosos “empezar de nuevo”.

Por ejemplo, quebrar la confianza que alguien nos tiene, es una pérdida irreparable por más que nos esforcemos en ganarla de nuevo, por más arrepentidos que estemos y por más que la razón haya sido sin intención. No nos queda más opción que seguir adelante, con el corazón roto, tal vez, con la decepción pesándonos en la espalda. Con una carga que, de una u otra forma, nos va haciendo crecer, quizá no como esperábamos, pero ese es nuestro destino, evolucionar nuestra personalidad a costa de errores, de decisiones equivocadas, de elecciones dudosas.

De hecho, el arrepentimiento alimenta nuestro miedo. Nos hace temer que alguna historia se repita, que algún dolor vuelva a surgir. Así que el miedo nos hace más cuidadosos en el futuro. Ante situaciones similares actuamos diferente, esperando un resultado diferente con la esperanza de que sea mejor. Así avanzamos, así fomentamos nuestra existencia, así crecemos, así evolucionamos, cambiamos.

Vivir sin miedo ni arrepentimientos es un destino al que todos aspiramos. Los arrepentimientos son vagos, vacíos e innecesarios, lo siento, pero es la realidad, no sirven de nada, lo pasado se convierte en un aprendizaje y eso es lo que deberíamos de ver, apreciar y abrazar. Pero mira, somos criaturas testarudas y sin importar qué, seguimos sintiendo ese dolor en el pecho pensando qué habría pasado si hubiésemos hecho algo diferente, nos herimos pensando lo mismo una y otra vez, arrepintiéndonos una y otra vez.

No suprimas lo que es natural y te hará crecer

Es nuestra naturaleza sentir miedo y arrepentirnos, y en vez de querer suprimir esa naturaleza, deberíamos entenderla, vivirla y sufrirla, y permitirle que nos trasforme, que nos dé una mejor perspectiva de la vida y de cada situación que vivamos, que nos permita sentir que tenemos más opciones y que estamos más seguras, que nos permita ser más perceptivas e intuitivas para así disfrutar con más confianza de cada paso que damos.

Sígueme en:

facebook instagram twitter wattpad_ - copia

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *