El Arte de Amarte a ti Misma

Es el poder oculto dentro de ti. Ese que aprendes a desarrollar, para el que entrenas, con el que te preparas para luchar. Es una fuerza transparente que nunca supiste usar pero poco a poco entiendes, poco a poco aparece, poco a poco te devuelve a la realidad.

Amarte a ti misma es un arte que no todas consiguen expresar, no es tan difícil pero solo una decisión la puede manifestar. Es necesario abrir los ojos del alma, tal vez haga falta llegar al vacío para encontrarla. A veces las lágrimas empañan esos ojos, a veces la tristeza nos ensordece y no escuchamos al amor propio gritar.

Amarte a ti misma es demostrar una enorme capacidad. Es tan fácil dar amor a cualquiera y tan difícil dártelo a ti misma sin necesidad, sin obligarte, sin recordarte que es más importante que los demás. Amarse uno mismo es un concepto que carece de facilidad. Es tan sencillo decir que si te amas a ti misma ya no te dolerá y tan difícil amarte realmente para sanar.

Amarse es un reto, es el primer desafío que deberíamos enfrentar mucho antes de entregar el corazón a alguien más. Es escalar un árbol para saber si puedes llegar al final, es retarte, es superarte, es entender la belleza única que dejas atrás; esa que cubres por miedo, que no te gusta por no parecerse a nadie más.

El amor no es acción, es un sentimiento que hay que trabajar. Eres única y eso es lo que debes abrazar. Eres bella aunque tu reflejo te grite que no. Eres maravillosa aunque algunos se empeñen en aislarte y te hagan negar esa verdad.

Es dejar de permitir a otros que influyan en tu bienestar. Es parar de pensar en el qué dirán, en el qué pensarán, en el por qué otros no te aman igual. Amarte a ti misma es ponerte en primer lugar, en el de honor, en la más importante prioridad.

¿No lo entiendes? Amarte a ti misma es un arte: tú eres el talento, tú eres el lienzo, tú eres el resultado final. Cada pincelada debes ejecutarla con amor; cada color son tus deseos, tus necesidades, tus sueños. Es bonito ser parte del sueño de alguien más pero no puedes ceder todos tus esfuerzos solo para complacer dejándote arrastrar.

Opacarte por amor a otra persona es perder tu esencia, tu energía, tu belleza, tu dignidad. Si el amor te entristece, aléjate; si el amor te hace débil, aléjate. Si el amor te hace llorar más de lo que te hace vibrar y sonreír, huye. Amarte a ti misma es un recurso que nunca te fallará, sin importar cuánto dolor te deja alguien más, tu ser interior será la heroína que siempre te rescatará.

El arte es admirable, el arte es exquisito de observar. Una mujer que desborda amor propio impresiona, transmite energía, sonríe natural. Ella impone su presencia, ella no se deja manipular. Su seguridad es palpable, su tenacidad inmensurable. Ella ama mucho, ella trabaja duro por estar bien con los demás, pero jamás reprime sus intereses, no da paso a la superioridad.

El amor propio te demuestra que no eres más importante que todos pero sí igual de esencial. El arte de amarte a ti misma te devela que nadie mejor que tú te hará sonreír al final. Por más oscura que sea una experiencia, tú misma te encargas de devolver la luz a tu realidad.

Para ti lo más importante debes ser tú. Al amarte a ti misma te conviertes en la guerrera luchadora que siempre debiste soñar ser en vez de la frágil princesa que siempre te hicieron creer. Amarte a ti misma te hace ver lo lejos y alto que puedes llegar, lo hermosa y fuerte que puedes ser, lo mucho e impensable que puedes hacer y nadie creía que podrías lograr.

Tú eres maravillosa. Ámate pronto porque el mundo te espera para ovacionarte de pie por tu valentía e increíble capacidad. Ámate pronto, ámate ya. Ámate antes que a otros, ámate cada día y cada vez más.

Puedes seguirme en: