Expresarse es un privilegio que solo se tiene al sentirse libre. Si algo te impide decir lo que piensas, lo que opinas, entonces alguien o algo está violando tu derecho de libertad. Por mucho tiempo, las mujeres fuimos limitidas a muchas actividades pero hoy en día todas podemos decir lo que deseamos; y no habrá nada más hermoso que expresar las emociones de una mujer a través de las palabras.
Y sí, todas podemos decir lo que nos salga del forro, pero también es una realidad que todavía existen mujeres víctimas de la desigualdad de género en países desarrollados y sub desarrollados. Eso sin mencionar la lista larga de religiones y creencias que aun limitan la voz y el intelecto de una mujer. Pero mujer, está en ti la lucha, está en ti pelear por esa libertad que te pertenece porque aún cuando saboreamos muy de cerca la belleza de nuestra independencia, aun hay mentes acechándonos para callarnos.
Somos nosotras quienes tenemos la fuerza para detener el daño, la injusticia, para gritar ¡ya basta! Y no ser más objeto de crítica porque como mujer debamos limitarnos a un comportamiento, a una forma de pensar, de hablar, de vestir, de ser. Ser mujer no hace diferencia ante los conceptos de igualdad y justicia.
Mujer, tu respiras belleza y fuerza
Tristemente muchas mujeres están sometidas por voluntad propia a ser vistas como frágiles, insuficientes y dependientes. Nuestra inteligencia emocional puede verse manipulada desde pequeñas y lamentablemente cuando una mente ya está muy saturada de la basura de otros es difícil limpiarla, pero no imposible. A veces ver lo bueno en medio de la oscuridad es lo único que necesitamos para liberarnos de las cadenas e ir hacia adelante.
Aun no es suficiente, aun hay mujeres con miedo, y es comprensible porque cada caso es único y sería cuestión de ponerse en sus zapatos para entender por lo que atraviesa, lo que siente. Sin embargo, mujer, tú y yo podemos hacer la diferencia. Alzar nuestras voces para que más mujeres puedan escuchar, que sepan que no están solas, que tienen oportunidad. Somos belleza, somos fuerza, somos poder, de la misma forma que lo puede ser cualquiera.
Ser mujer no es motivo para no ser lo que quieras. Ser mujer es maravilloso. Y no, jamás podríamos ser «igual a un hombre» porque no se trata de ser exactamente lo mismo. Se trata de tener los mismos derechos, la misma libertad, libertad de decidir, de expresar, de ser, de hacer. Eres libre mujer, solo que aún no te enteras.
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