Amar es cosa de valientes. Amar no es pura felicidad, es un arte que debe ser aprendido. Sí, este surge sin planearlo, arrasa tu vida sin imaginar que así sería y bien podríamos decir que nadie está realmente preparado para ello, pero entre más vivas, entre más experimentes, más fácil será superar lo malo y seguir experimentando nuevas aventuras.
Entonces, si la relación que tenías, esa en la que tan segura te sentías, acaba de terminar, seguro estás experimentando un dolor terrible, pero lee bien, no debes luchar contra ese dolor. Se que no es fácil, sé que quieres que el mundo deje de girar para que nadie te vea llorar. Sé que es desgarrador, amar y no recibir el mismo amor de vuelta. Sé que crees que nunca existirá la posibilidad de lograrlo, pero ¿adivina qué? No solo es posible, pasará, lo vas a superar, lo vas a olvidar y no será más que un buen recuerdo de lo que has vivido. Solo necesitas tiempo, una buena dosis de amor propio y buena compañía. Entonces…
Cómo superar al amor de tu vida?
Los siguientes son los primeros pasos que te ayudarán en el proceso de curación:
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Pon en tu mente una imagen que nada tiene que ver con él
Los primeros días serán oscuros. El recuerdo no te abandonará en ningún momento. Solo quieres verlo e idear formas de remediar lo que pasó entre ustedes, sigues creyendo en unicornios y abres la posibilidad de que él cambiará. Pero no lo hará, de todas esas ideas que te vienen a la cabeza ninguna es buena. Debes callarlas.
Rodéate de personas que te aman, ve una película de terror donde ni por casualidad haya la posibilidad de ver romance. O tal vez algo de humor, una maratón de Los Tres Chiflados sería excelente.
Haz alguna actividad que te guste y disfrutes hacer, juega video juegos, ve al mall con amigas, ve a una clase de baile, lee un libro de Stephen King o alguna historia de aventura. En fin, lo que más te guste.
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Date un pequeño descanso de las redes sociales
Lo primero sin duda es eliminarlo de tus contactos de WhatsApp. Debes llevar al mínimo la posibilidad de contacto con él. Ya sabes que eres capaz de escribirle, ya sabes que tienes momentos de debilidad. Si es posible, pide a una amiga que guarde tu teléfono inteligente un par de días mientras la temperatura baja. En un principio es difícil de controlar, pero escucha, con solo dos días de desapego total ya te formulas la importancia de tu bienestar antes que estar con él y el riesgo a contactarlo es mucho menor.
Bloquéalo por un tiempo de tus redes sociales, no tienes que eliminarlo, solo evitar ver cualquier publicación de él hasta que estés mejor y entonces lo que veas más que afectarte te parecerá gracioso. Eliminarlo es una acción más inmadura. Al terminar con alguien, por más daño que te haya hecho, recuerda que también es un ser humano, por más que conozcas tus límites, la verdad es que tú también tienes el poder de hacer daño. Claro, no lo hiciste, pero no es bueno sentir odio.
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Mentaliza que tienes nuevas oportunidades
Muchas veces, lo más doloroso de una ruptura es creer que ya nadie te querrá de nuevo. ¡Mentira total! Ya te han amado, ¿qué crees, que no hay personas en el mundo ansiosas de conocer a una persona maravillosa como tú? ¿Sabes cuántas personas hay en el mundo? Ni siquiera me molesté en googlearlo. Tú eres sensacional y mereces que te amen con mucha pasión, ya te conformabas con algo mediocre por ese miedo absurdo, abre los ojos, ya no le debes fidelidad. Eres libre.
Conocer gente nueva es una terapia deliciosa en muchos aspectos. Te entretienes, te das cuenta que hay personas maravillosas en el mundo, te abres a nuevas experiencias y hasta creces intelectualmente. Siempre se aprende algo de los demás. Entonces, ¿qué esperas?
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Aprende a amarte a ti misma antes de decidir estar con alguien más
Una ruptura es más dolorosa cuando el amor hacia ti misma no es suficiente. Si te respetas y sabes que mereces algo mucho mejor la recuperación será mucho más rápida. Pero no es fácil, sé que no es fácil, a mí me costó asimilarlo y perdí mucho en mi camino al amor propio. Pero una forma de olvidar un amor que te ha hecho daño es dándote cuenta que debes darle mayor importancia a tu bienestar.
Al final del día la persona que siempre te acompaña y está allí para sostenerte eres tú misma. ¿Por qué no darte tú misma el amor que mereces, el cariño que te hace falta? Trabaja en la relación que tienes contigo misma y entonces nadie más podrá hacerte daño nunca, de allí en adelante solo puedes disfrutar, el dolor es mínimo y las recompensas muy altas.
No luches contra el dolor, vívelo, siéntelo. Si intentas impedirlo puede volverse en tu contra. Es mejor llorar, gritar, asimilar, comprender, seguir adelante. De esa forma natural, la sanación llegará.
